Es 8 de marzo, día de la mujer trabajadora, y tenemos el placer de presentaros a María Iglesias Caballero, una portuense nacida en el Hospital Santa María del Puerto, que ha destacado en la ciencia, lo que le ha valido el reconocimiento del Ayuntamiento con el Premio Menesteo que, en esta, su quinta edición ha querido destacar los logros de las mujeres en las ciencias, y nuestra protagonista es una de las galardonadas.
Equipo científico del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, nuestra protagnista es la primera por la derecha. Imagen cedida por
Estudió en el colegio La Salle-Santa Natalia y cursó bachillerato en SAFA-San Luis, después comenzó la Licenciatura de Biología en la Universidad de Granada, realizó prácticas formativas en el Instituto Max Planck de Microbiología Terrestre en Marburg (Alemania), también en el servicio de Inmunología del Hospital Gregorio Marañón y como asistente de proyecto Life para la protección del lince ibérico. En 2014 realizó el Máster de Virología de la Universidad Complutense para continuar su carrera académica con el Doctorado en Microbiología y Parasitología por la Universidad Complutense de Madrid, con una tesis basada en el estudio del viroma respiratorio de pacientes pediátricos.
En los informativos de TVE informando sobre la variante omicon
En 2015 comenzó a trabajar en el Laboratorio de Gripe y Virus Respiratorios del Centro Nacional de Microbiología del Instituto de Salud Carlos III desde donde ha desarrollado sistemas de detección y caracterización de diferentes virus asociados a infección respiratoria.
Durante la pandemia de COVID-19 participó en las tareas de apoyo a los servicios esenciales de diagnóstico de la infección por SARS-CoV-2, logrando secuenciar el genoma completo del virus, lo que le llevó a aparecer en diferentes noticias a nivel nacional e internacional.
Actualmente, participa en la coordinación de la Red Nacional de Laboratorios de Secuenciación de SARS-CoV-2 (RELECOV) y en la coordinación del proyecto europeo HERA-Incubator para el reforzamiento y la mejora de las capacidades de secuenciación en España. Además, es profesora del Máster de Virología de la Universidad Complutense de Madrid y miembro de la Sociedad Española de Virología.
María de pequeña en los caballitos del Parque Calderón |
Te fuiste muy joven. ¿Cómo fue irte de la ciudad para formarte? ¿Qué te resultó más difícil?
Cuando me fui de El Puerto era un momento en el que realmente quería irme, salir de casa, descubrir otras cosas, conocer lo que era la independencia. Entonces, en ese momento, cuando me fui a estudiar a Granada, me fui con muchas ganas y con mucho ánimo. Al principio como le habrá pasado a todo el mundo cuando te vas a vivir solo, pues surgen las típicas dificultades de gestión de los cuidados que siempre hemos tenido en nuestros padres y son ahora nuestra responsabilidad y eso a veces, sobre todo al principio, cuesta. Pero realmente me fui deseando salir y ver mundo.
Has tenido que aprener idiomas y te has desenvuelto muy bien para lograr formarte, te resultó complicado llegar a tu actual trabajo.
Por mi profesión desempeño casi toda mi literatura científica en inglés y trabajo en colaboración con varios grupos internacionales por lo que domino un poco el idioma. Dado que viví en Alemania unos años, chapurreo un poquito alemán, aunque me gustaría seguir mejorando, porque lo hablo, aunque muy poco. Dedicarse a la ciencia en España es muy complicado, las ofertas disponibles para hacer un doctorado en condiciones laborales legales, ya no diré ni siquiera decentes, sino legales, son muy pocas y estuve varios años fuera en diferentes laboratorios haciendo prácticas no remuneradas hasta que pude conseguir el contrato que me permitió ya realmente empezar a vivir de esto. Así que no ha sido fácil y cuando dicen que la carrera científica es vocacional, es cierto, porque no todo el mundo puede apostar por esto, ni en ganas ni tan siquiera económicamente. Yo he tenido la suerte de que me pudieron apoyar, pero cualquier persona no puede permitirse andar de prácticas de un sitio a otro cobrando poco o nada en ciudades grandes porque las ofertas laborales de este gremio suelen estar en Madrid o Barcelona.
¿Qué es lo que más te gusta de tu profesión?
Lo que más me gusta es que tengo mucha vocación de trabajar para la comunidad, para la sociedad. Y el trabajo en salud pública, en ese sentido me resulta muy gratificante. El monitorizar enfermedades respiratorias, conocer su impacto, intentar mejorar mediante la caracterización de virus que se puedan evitar infecciones, mejorar la efectividad de las vacunas, etcétera, me resulta muy reconfortante porque lo que hago tiene un impacto positivo en la salud de la gente.
¿Qué es lo que más echas de menos de tu ciudad?
Lo que más echo de menos de El Puerto es la gente, mis amigos, la familia, la playa. Es mi cultura, al fin y al cabo. Esa idiosincrasia gaditana que tenemos y que en muchas ocasiones y situaciones al estar fuera las echas en falta, el sentirte de tu sitio. Como dije al principio, me fui feliz al salir fuera, queriendo ver otras cosas, viajar y conocer mundo. Pero luego también es muy triste que cuando tus ansias de aventura y de conocimiento termina, tampoco hay una oportunidad real para dedicarte a determinadas profesiones como las relacionadas con la ciencia para poder volver a la provincia, ya no digo ni a El Puerto. Pero asumes con un poco de pena que tendrás que tener esta morriña de tu ciudad constantemente.
¿Cómo ves tu ciudad desde fuera?
Me da un poco de pena la situación de El Puerto en muchos sentidos, porque todo el mundo habla de El Puerto o de la provincia de Cádiz como sitios preciosos, maravillosos, de veraneo, de vacaciones, con una gastronomía increíble, con gente muy amable y alegre. Pero tú sabes que la realidad de la gente y las condiciones laborales de quienes trabajan en el turismo es muy precaria, y quema mucho a la gente. Por lo que me gustaría que hubiese mejores oportunidades laborales para desarrollarse a nivel profesional y que en la ciudad hubiera mayor variedad y diversificación de empleos para que la juventud pudiera quedarse, ya que casi todos mis amigos viven fuera.
Siempre que puedes vienes. ¿Te gustaría volver en un futuro?
Por supuesto que me gustaría volver y no quiero perder nunca ese vínculo con mi ciudad, que me encanta. Y volveré a vivir algún día, aunque sea esa típica señora que vuelve de Madrid cuando se jubila, porque nunca seré una madrileña, sino una portuense, ya que este es mi sitio en el mundo.
Una comida: Ajo caliente y cazón en adobo, por igual, no sabría con cual quedarme.
Una película: Pues como se cumple el centenario del nacimiento de Pasolini, recomiendo alguna de sus películas, una que me gusta mucho es “Pajaritos y pajarracos” que va muy al pelo con la situación actual.
Un libro: “Una habitación propia” de Virginia Woolf, que para mi ha sido muy importante y me veo identificada en muchas cosas.
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